Noviazgo y boda

Para los jóvenes de un tiempo no era simple conocerse y frecuentarse a lo largo del noviazgo por causa de la excesiva severidad de los padres y de las reglas que tenían que ser respectadas. Los ancianos de nuestro pueblo han contado que en los años de su juventud (estamos hablando de los años ’30) las posibilidades de encuentro eran limitadas a los bailes organizados en casa o durante las fiestas del pueblo. Cuando dos muchachos eran ciertos de sus sentimientos para poderse ver tenían que involucrar a su familias y pedir su aprobación. Habitualmente eran los padres del muchacho que se presentaban en casa de la muchacha y que subrayando las buenas intenciones del proprio hijo pidan la mano de la chica (se decía que andaban a coger el sí).

Los padres de la muchacha cogían algunos días de tiempo para pensar y escuchaban las razones de la hija, después de que convocaban nuevamente a los padres del chico y daban su respuesta; Si fuese estada aprobación al noviazgo se organizaba su oficialización que pasaba con la salida de los dos muchachos el domingo por la mañana para la misa cantada.

Durante el noviazgo, de todos modos, los prometidos no tenían la posibilidad de salir solos si no el domingo para ir a la misa; diversamente eran siempre acompañados por alguien, a menudo esto era el encargo de los hermanos minores de la chica.

A lo largo del noviazgo los chicos empezaban los preparativos para la boda: el chico comenzaba a construir la casa y la chica se ocupaba de la lencería y del moblaje menos de la cama que, por tradición, tenía que ser traída por el hombre.
Cuando los preparativos eran acabados (difícilmente se casaban sin casa) se fijaba la fecha de la boda. El primer paso sucedía en el ayuntamiento con “ sa compatta”. La ceremonia religiosa era muy seria y solemne y habitualmente se celebraba el sábado por la mañana; a menudo las alianzas venían prestadas datas las reducidas condiciones económicas. La mujer no llevaba un vestido blanco ( se empieza a utilizarlo después de la guerra), mientras llevaba un velo negro completamente bordado con flores de colores muy brillantes.